Ni vinagre ni bicarbonato sódico. Añade una cucharada al lavado y las toallas quedarán suaves como las nubes.

Si las toallas quedan rígidas y desagradables al tacto después del lavado, en lugar de vinagre o bicarbonato sódico, utiliza glicerina. Este sencillo y económico aditivo hace que los tejidos se vuelvan suaves, esponjosos y delicados para la piel. Descubre por qué vale la pena usar glicerina para lavar la ropa, cuál elegir y cómo usarla correctamente para que las toallas luzcan como nuevas.

¿Por qué vale la pena usar glicerina para lavar la ropa?

La glicerina es una sustancia versátil, viscosa e incolora que puede ser un valioso aditivo para lavar la ropa. En primer lugar, cabe destacar que puede ser de origen natural o sintético. Sin embargo, para lavar la ropa se utiliza con mayor frecuencia la glicerina de origen vegetal, que es un subproducto de la saponificación de las grasas vegetales. En esta forma, es suave, segura para la piel y biodegradable, pero ¿cómo afecta exactamente a la calidad del lavado?

Lavar las toallas con glicerina hace que su tejido se vuelva más suave y esponjoso

Se caracteriza por sus propiedades higroscópicas, es decir, tiene la capacidad de atraer y retener moléculas de agua. En la práctica, esto significa que actúa como un suavizante natural: los tejidos se vuelven más suaves, lisos y elásticos. Además, la glicerina tiene propiedades protectoras de las fibras, lo que prolonga la vida útil de los colores, algo que no puede decirse del vinagre o del bicarbonato sódico. La glicerina también ayuda a eliminar las manchas y la suciedad.

Se recomienda especialmente para tejidos naturales, como el algodón, el lino o la lana. Sin embargo, no es adecuada para lavar seda, ya que puede opacar su brillo natural. Añadir glicerina al lavado es una solución sencilla, económica y natural. A diferencia de los aditivos sintéticos, esta sustancia no irrita la piel y es adecuada para personas con piel sensible. Además, es muy económica: la glicerina cuesta entre unos pocos y varios zlotys y se puede encontrar en la mayoría de farmacias.

Lavar las toallas con glicerina

Lavar las toallas con glicerina hace que su tejido se vuelva más suave y esponjoso, incluso si antes estaba duro y áspero por el exceso de detergente. La glicerina penetra en las fibras, las relaja y reduce los residuos de los detergentes en polvo y líquidos, por lo que las toallas son más agradables al tacto una vez secas.

Además, otra gran ventaja es la mejora de su absorbencia. Con el tiempo, las toallas pierden su capacidad para absorber eficazmente el agua debido a la acumulación de restos de detergente, y la glicerina ayuda a «despegarlos» de las fibras, lo que devuelve a las toallas su absorbencia original. Gracias a ello, secan la piel más rápidamente y no dejan la sensación de «resbalar» sobre su superficie.

Basta con verter 1-3 cucharadas de glicerina en el compartimento para el suavizante y poner la lavadora como de costumbre. Para que mantengan un aroma fresco, puedes añadir 5-10 gotas de tu aceite esencial favorito en el mismo compartimento. El truco de la glicerina se recomienda especialmente si se lavan las toallas con frecuencia, ya que así conservan su color y sus propiedades durante mucho más tiempo.